sábado, 19 de enero de 2008
¿Por qué?
Siempre tuvo todo lo que quiso en cuanto a bienes materiales se refieren.Sus padres vendían su tiempo por caprichos impensables.Todo eran regalos, todo lo que la niña quería estaba a su alcance. Todo excepto su presencia en fechas especiales, el primer baño, cuando marcó siete goles en el equipo de balonmano femenino, cuando pegó a un niño mayor que ella, incluso en algún cumpleaños tuvo que poner falta de asistencia a sus propios padres.Aún así ella podía tener amigas de mentira, juguetes carisisímos, alquilar terra mítica para ella sola. Cualquier cosa menos el interés real de una verdadera madre por preocuparse en el crecimiento de su hija, en hacer acto de presencia cuando esta se cae o tiene frío. Su padre era político o militar o revolucionario o un romántico amante de la libertad de no adquirir compromisos paternales o un desgraciado. En realidad muy poca gente sabía a que se dedicaba aquel señor que nunca estaba en casa.Aún así, el corazón de la niña creció fuerte, sano y de una manera sorprendente ya que la carencia afectiva es la primera infección del corazón, pero en esta ocasión se produjo una excepción.Era rojo como un tomate y grande como una sandia. Al principio lo guardaba en pequeño joyero y conforme fue creciendo hasta convertirse en mujer fueron cambiando las cajas, construidas a mano y adornadas por fuera de diamantes y piedras preciosas.Era el primer joyero del mundo que no albergaba joyas y sin embargo estaba compuesto de esas piedras maravillosas.Con el tiempo, el temor a que la robaran su corazón se convirtió en una obsesión.Ya no podría pasearlo, ni mostrarlo en público.Por eso hizo instalar en su casa cámaras de circuito cerrado, barrotes en las ventanas, alarmas de todo tipo y sensores de movimiento.Cada día a la hora de levantarse y acostarse abría la cámara de seguridad, para comprobar como estaba.En el pueblo la gente decía que la hija del señor Alberto Branco había heredado una gran fortuna de un antepasado, un famoso escritor que nadie conocía.La historia de aquella familia estaba llena de lagunas, habladurías, chismes sobre la paternidad, rumores de un pasado oscuro y fragmentos de información dudosa alimentaban al pueblo.Entre otras cosas para romper con la monotonía y para conservar las viejas tradiciones de hablar gratis.La muchacha no habría sobrevivido a todas las habladurías si hubiera sido una chica normal. Pero ella los ignoraba completamente como si nadie existiera, los consideraba inferiores. Como si fueran fantasmas invisibles que nunca se mostrarán a la persona que no cree en ellos.El día cinco de un mes fatídico aquella mujercita comprobó al llegar a su casa que alguien había forzado la puerta,el hecho de pensar que podrían haber robado su preciado corazón le produjo en espasmo que cambió el color de su rostro.En ese momento prefería perder su vida a descubrir que su tesoro más preciado había sido extraído de la caja acorazada.Entró corriendo en su hogar sin pensar que los ladrones podrían estar todavía en la casa.Efectivamente, habían entrado a robar, no quedaba ningún objeto de valor. se llevaron incluso la cocina, parecía que aquella casa estaba en venta y que nunca había sido habitada. En una de las habitaciones, la sombra de los barrotes de la ventana estaban dibujados en un corazón tirado en el suelo. Se habían llevado todo excepto su bien más preciado. incluso la caja fuerte había desaparecido. Por un momento se alegró.Pero al mirar a su alrededor y darse cuenta que su mundo había sido ultrajado y limpiado se sintió la persona más pequeña del mundo:“¿Porqué no han querido mi corazón?”“¿Porqué?”
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